02/25 | Enfrentando sin temor el futuro | Estudios: NUEVO AMANECER
En esta serie usted aprenderá que Dios es quien tiene el control de todo en esta vida y que si estamos con el Dios que conoce el futuro de este mundo, no debemos temer mal alguno. La gran esperanza que mantiene nuestra fe como cristianos es la esperanza de que nuestro Padre celestial está listo para rescatar este planeta del borde de la destrucción. El que dio su vida por amor a nosotros un día menos esperado vendrá nuestro Salvador para darnos una nueva tierra llena de paz y amor.
Las personas se preguntan ¿qué sucederá con este planeta tierra, será qué terminara con una explosión nuclear o un meteorito que chocará con la Tierra como muchos dicen o habrá invasión de extraterrestres y terminaran con todo ser humano? A casi todos nos gustaría saber cómo y cuándo acabará este mundo.
El afán a esta vida es uno de los problemas que causa desesperación, angustia y dolor, algunas personas no desean seguir viviendo en este universo, por tanta violencia, tristeza, hambre, guerras y divisiones que ven a su alrededor, pero ¿será que usted y yo podemos vivir en una tierra mejor que ya no exista la maldad y el sufrimiento? Bien, amig@ hay buenas noticias este mundo va a terminar y vamos a tener un mundo mejor.
¿Sabía usted que la Biblia nos dice cómo terminara este planeta tierra? y quién más que el Creador que hizo los cielos y la Tierra nos puede decir cómo será el fin de este mundo pecaminoso
La Biblia nos cuenta acerca de un acontecimiento interesante en la vida de Jesucristo. Cierto día, los discípulos lo llevaron consigo y le mostraron la magnífica construcción del templo que acababa de ser reconstruido por el gobierno romano. Después de mirar el edificio, Jesús hizo una asombrosa declaración a sus discípulos. Les dijo:
(Texto: Mateo 24:2)
“…¿No veis todo esto? De cierto os digo que aquí no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada”.
Este era el edificio más imponente de la nación judía y Jesús predijo que iba a ser completamente destruido. Los discípulos estaban muy intrigados e hicieron una pregunta a Jesús
“…sus discípulos se acercaron a él aparte, y le dijeron: –
Dinos, ¿cuándo sucederán estas cosas?
¿Y qué señal habrá de tu venida y del fin del mundo?”
Mateo 24:3.
Los discípulos sintieron que si su edificio iba a ser destruido, lo sería en conexión con la venida de Cristo y el fin del mundo. Pero Jesús se refería a dos acontecimientos diferentes, uno de ellos era la segunda venida de Jesús, su retorno en gloria a esta tierra y su establecimiento de un reino eterno aquí en este planeta.
El otro, sin embargo, era en esa época la destrucción de la ciudad de Jerusalén y del templo.
Él dijo, en Mateo 24:15, 16: “Por tanto, cuando veáis establecida en el lugar santo la abominación desoladora, de la cual habló el profeta Daniel
“(El que lee, entienda)”
“Entonces los que estén en Judea huyan a los montes”.
Daniel había anunciado que Jerusalén sería destruida. Pero ahora Jesús le recuerda a sus discípulos que las advertencias del profeta Daniel van a cumplirse muy pronto.
Él dijo en Mateo 24:17, 18: “El que esté en la azotea no descienda para sacar algo de su casa”.
“Y el que esté en el campo no vuelva atrás a tomar su manto”.
En otras palabras, les dijo que huyeran para salvar su vida, porque cuando vieran a los ejércitos rodeando la ciudad de Jerusalén, la destrucción sería inminente.
“En el año 66 a.C., aproximadamente 33 años después que Jesús hizo esta predicción, el ejército romano al mando de Cestio Galio, el gobernador romano de Siria, vino a terminar con una rebelión que se había levantado en Jerusalén. Al ponerle sitio a la ciudad, sus habitantes soportaron el asolamiento impuesto por el ejército romano. Y finalmente los ejércitos romanos se retiraron, desalentados de hecho por no haber sido capaces de tomar la ciudad”.
(Véase Eusebio, Historia de la Iglesia, libro 3, cap. 5)
Aquellos que siguieron las instrucciones dadas por Jesús, escaparon a la destrucción de la ciudad de Jerusalén y no murieron cuando la ciudad fue tomada por el ejército romano.
Murieron aproximadamente 1,100.000 de personas en el terrible asedio. No siguieron las instrucciones dadas por Jesús de abandonar la ciudad cuando se retiró el ejército romano en el año 66 a.C.
Esto nos enseña una lección espectacular sobre la importancia de estudiar las profecías y atender las señales de los tiempos.
Quienes creyeron a Cristo y estuvieron pendientes a las señales predichas, fueron salvos, mientras que los incrédulos perecieron.
Y así será en el tiempo del fin de este mundo: Los creyentes que velan fielmente serán liberados, mientras que los descuidados e incrédulos perecerán.
¿Qué sucedió con el magnífico templo? Tito, el general romano responsable por la toma de la ciudad de Jerusalén, tenía órdenes de salvar el templo, pero uno de sus soldados lanzó una antorcha encendida a través de una puerta y el templo se volvió un infierno ardiente. No quedó ni una piedra sobre otra.
Las predicciones que Jesús hizo delante de sus discípulos 40 años antes de la destrucción de Jerusalén, se cumplieron en forma exacta. ¿Ignoraremos nosotros las señales que Jesús nos dio en relación con el fin del mundo, o atenderemos su llamado a estar listos para lo que está por cumplirse?
¿Cómo sabremos cuándo estará cerca el fin de este mundo?
La repuesta la encontramos en la Biblia Jesús nos dejo señales de su regreso, que no se pueden ignorar; así que apreciado amig@ te invito a que sigas estudiando este tema tan importante en la vida de cada uno de nosotros, no sea que cuando sucedan estas señales venga destrucción como le sucedió a los judíos que no siguieron las instrucciones de su Salvador y fueron destruidos en Jerusalén. Dios te invita a estar preparado para que cuando venga nuestro Redentor puedas verlo cara a cara y estar en ese mundo feliz que tanto el ser humano ha anhelado, sigue viendo este video lleno de esperanza, no temas a lo que está sucediendo en este mundo porque tú estarás con Jesús quien va a protegerte de todo peligro y nos sustentará, acompáñanos a seguir profundizando este tema con el Pr. Robert Costa.
(2347)
Comentarios recientes