Traicionados por familiares y amigos, 8 de julio
Los enemigos del hombre serán los de su casa. Mateo 10:36.
Cuando llegue el día en que se invalide la ley y la iglesia sea zarandeada por las fieras pruebas a que serán sometidos todos
los que moran en la tierra, una gran proporción de aquellos que pasan por ser genuinos prestarán oídos a espíritus engañadores
y se convertirán en pérfidos y traicionarán sagradas verdades. Demostrarán que son nuestros peores perseguidores. “De vosotros
mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos”. Hechos 20:30—Comentario Bíblico
Adventista 6:1065.
Los que apostaten en tiempo de prueba, presentarán falsos testimonios contra sus hermanos y los traicionarán para obtener su
propia seguridad. Denunciarán a sus hermanos indicando los lugares donde se hayan ocultado, y guiando a los lobos hacia su rastro.
Cristo nos ha advertido de este hecho a fin de que no nos sorprendan los métodos crueles e inhumanos que adoptarán familiares y
amigos.—The Review and Herald, 20 de diciembre de 1898. [204]
Descubriremos que tendremos que desprendernos de todas las manos excepto de la de Jesucristo. Los amigos demostrarán su
perfidia y nos traicionarán. Nuestros familiares, engañados por el enemigo y convencidos de que están sirviendo a Dios, nos harán
frente y pondrán su máximo empeño para ponernos en situaciones difíciles con la esperanza de que reneguemos de nuestra fe. Pero
podremos poner confiadamente nuestra mano en la de Cristo en medio de las tinieblas y el peligro.—Manuscrito 21, 1889.
Los seguidores de Cristo deben saber que han de tropezar con el desprecio. Serán vilipendiados. Sus palabras y su fe serán
tergiversadas. Es posible que la frialdad y el desdén sean más difíciles de soportar que el martirio… Los padres se opondrán
severamente a los hijos que acepten la verdad impopular. Los que sirvan escrupulosamente a Dios serán acusados de rebelión.
Los bienes legados a hijos o familiares que crean en la verdad presente serán entregados a otras manos. Los tutores privarán a los
huérfanos y a las viudas de sus legítimas asignaciones. Los que se aparten del mal se constituirán en víctimas de las leyes decretadas
para dominar las conciencias. Los hombres se apoderarán de bienes sobre los cuales no tienen derecho. En un futuro cercano se
cumplirán las palabras del apóstol: “Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución”.—Carta 30a,
1892.
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