El sellamiento y la lluvia tardía, 23 de julio
Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad
todo aquel que invoca el nombre de Cristo. 2 Timoteo 2:19.
Antes que sea completamente terminada la obra y finalice el sellamiento del pueblo de Dios, recibiremos el derramamiento del
Espíritu de Dios. Ángeles del cielo estarán en nuestro medio.—Mensajes Selectos 1:131.
Nuestro Padre celestial no exige de nuestras manos lo que no podemos realizar. Desea que su pueblo trabaje fervientemente para
cumplir el propósito que le ha asignado. Han de orar en busca de poder, esperar poder y recibir poder, a fin de que puedan crecer
hasta la plena estatura de hombres y mujeres en Cristo Jesús.
No todos los miembros de la iglesia están cultivando la piedad personal; por lo tanto, no comprenden su responsabilidad personal.
No comprenden que [219] es su privilegio y su deber alcanzar la alta norma de la perfección cristiana… ¿Estamos esperando la lluvia
tardía, aguardando confiadamente un día mejor en que la iglesia ha de ser dotada con poder de lo alto y habilitada así para la obra?
La lluvia tardía nunca refrigerará y vigorizará a los indolentes que no usen las facultades que Dios les ha concedido.
Nos hallamos en gran necesidad de la atmósfera pura y vivificadora que nutre y fortifica la vida espiritual. Necesitamos un fervor
cada vez mayor. El solemne mensaje que se nos ha entregado para darlo al mundo ha de ser proclamado con mayor ardor, con una
intensidad que conmoverá a los incrédulos, induciéndolos a ver que el Altísimo está obrando con nosotros, que él es la fuente de
nuestra eficiencia y fortaleza…
¿Estáis empleando todas vuestras facultades en un esfuerzo por traer las ovejas perdidas al redil? Hay miles y miles sumidos en
la ignorancia que podrían ser advertidos. Orad como nunca habéis orado antes por el poder de Cristo. Orad por la inspiración de su
Espíritu, a fin de que podáis ser henchidos con el deseo de salvar a los que perecen.—En Lugares Celestiales, 340.
Ascienda al cielo la oración: “Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; haga resplandecer su rostro sobre nosotros;
para que sea conocido en la tierra tu camino, en todas las naciones tu salvación”. Salmos 67:1, 2—The Review and Herald, 17 de
mayo de 1906.
216
(308)
Comentarios recientes