Himno 290 | Fuente de la vida eterna | Himnario Adventista
290. FUENTE DE LA VIDA ETERNA
ensalzar tu gracia tierna debe todo corazón.
Tu piedad inagotable se deleita en perdonar;
solo tú eres adorable; gloria a ti debemos dar.
2. De los cánticos celestes te quisiéramos cantar,
entonados por las huestes que viniste a rescatar.
De los cielos descendiste porque nos tuviste amor;
tierno te compadeciste y nos diste tu favor.
3. Toma nuestros corazones, llénalos de tu verdad,
de tu Espíritu los dones, y de toda santidad.
Guíanos en la obediencia, humildad, amor y fe;
nos ampare tu clemencia; Salvador, propicio sé.
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